jueves, 12 de noviembre de 2009

Emiliano a la una, Emiliano a las dos, Emiliano a las...

No me pregunten de dónde tengo ese tipo de frase grabada. Era chico...bah... o no tanto. Al menos lo era como para que muchas cosas me importen poco, o nada. Pero lo que es seguro es que era en algún momento de la vida en el cual uno tiene esa impunidad que le da el hecho de ser "un nene".


La cuestión es que a alguien de la familia (que no era yo) o a alguien conocido, así amenazaban (es una palabra un poco fuerte, pero es la que se me ocurrió) cuando hacía lío o estaba por hacerlo. La mamá de alguien retaba así a alguno de sus hijos o hijas. Pero no era la mía, aunque podemos suponer para este caso que sí, que lo era.


Ese reto, esa amenaza, esa advertencia... era un aviso. Era un oportunidad que nos daba mamá antes de hacer efectivo el castigo. ¿Y por qué nos retaba? Porque estábamos haciendo algo mal ¿Y qué podía pasar si no le hacíamos caso? Seguramente algo muy feo. O tal vez no tanto, pero a esa edad las cosas de ese estilo asustan un poco más...


Todos tenemos nuestra propia madre, que tal vez muchas veces nos haya retado. Todos tenemos una madre en común, que hace tiempo nos está retando, pero parece que no le estamos haciendo tanto caso como ella quiere. Así que nos reta una vez, nos reta dos, nos reta tres... nos reta mil. ¿Nuestra madre biológica también nos tenía tanta paciencia por cada macana que hacíamos? ¿O será que nuestra madre naturaleza nos reta tantas veces porque estamos haciendo las cosas muy mal?


Hay mil ejemplos por citar. Hoy voy a tomar uno de ellos. Hay sequía en Córdoba ¿Sabían? Sí, sabían. Sequía en serio. No voy a reproducir lo que dicen los diarios. No voy a pegar una imagen que muestre lo que muestra la tele. No voy a contarles además que los incendios están de fiesta en Córdoba (aunque hoy puntualmente creo que aflojaron un poco), eso pueden verlo en todos lados. En la televisión, por ejemplo, se ven personas (inspectores o algo así, supongo) recorriendo las casas de los barrios afectados y multando gente porque desperdicia agua. Claro... si no hay agua, hay que cuidarla, es lógico ¿No? La radio dice "hay multas de hasta $10,000 para aquellos que desperdicien el agua". Pegadito a Córdoba, San Luis está por declarar estado de emergencia porque no llueve desde febrero y se la ven venir fea.


Y la verdad es que está bien, el agua hay que cuidarla... pero el agua hay que cuidarla SIEMPRE. El salir a multar gente cuando ya el agua escasea, es otra clara muestra de nuestra cultura cortoplacista y emparchadora. Podría apostar todo lo poco que tengo a que si mañana mismo llueve mucho y los niveles de agua vuelven a la normalidad, la mayoría se olvida de todo y en Córdoba no ha pasado nada. Se acaban las actas, se acaban los cortes programados, se acaban las multas, se acaba la preocupación.


Soy partidario de que el agua tiene que ser más cara para los que más tienen y más barata para los que no. No puede ser que el agua valga lo mismo para aquel que tiene una pileta enorme en su country o mansión, que para aquel que casi no tiene para comer. Pero ese quizás es otro debate más profundo que va más allá de la mera necesidad de cuidar el agua simplemente porque es eso, puramente agua.


Es hora de pensar, y de actuar en serio para empezar a cuidar aquello que ya no vuelve cuando lo desperdiciamos ...¿O vamos a esperar para despertar que llegue la sequía a nuestra provincia (cualquiera que sea nuestra provincia)...? 


Ojalá nos asustemos, y mucho, cada vez que mamá nos reta...